Por Alfonso Morales Castorena
LA INDIGNACIÓN volvió a ser presa de los comerciantes establecidos en torno al prostíbulo Punto y Coma del andador peatonal de la céntrica calle Centenario, al comprobar una vez más que sus denuncias por el escándalo que tienen que soportar, a diario y casi toda la noche, son voces que se pierden en el desierto, poblado como está de la corrupción de sus autoridades municipales.
TAMBIÉN POR el descubierto contubernio que comprobaron existe entre las autoridades y su cuerpo policiaco, que en lugar de velar por su seguridad y tranquilidad, tienden un manto de descarada protección “por instrucciones superiores”, como más de algún policía preventivo lo comentara, al dignarse a atender una de tantas denuncias que los comerciantes les hicieran.
EL MARTES pasado no fue la excepción y los escándalos menudearon la mayor parte de la noche y hasta las 3 ó 4 de la mañana del día siguiente, sin que autoridad alguna tuviera siquiera la intención de “suplicarle a la dueña del lugar, Edith Cristina de Lara Martínez, que controlara los ánimos de sus borrachos clientes”.
LUEGO DE que externaran su euforia a todo pulmón, al abandonar la emborrachaduría, ya en pleno andador, algunos de ellos realizaron sus necesidades fisiológicas en las puertas de las fincas vecinas, en las cortinas metálicas de los negocios establecidos a su alrededor y más de alguno “dejó nauseabunda vomitada a las puertas de dos casas-habitación”, lo que obligó a sus ancianas propietarias a “realizar la limpieza inmediata antes de que los rayos solares hicieran más irrespirable ese tramo de la céntrica calle peatonal”, dijo la comerciante Otilia Durán.
AÑADIÓ QUE mientras las autoridades no actúen con mano firme en contra de la mujer, la lenona continuará haciendo de las suyas y fomentando el alcoholismo y la prostitución, como sucede a diario en el prostíbulo en que, incluso, ya por la madrugada, las mujeres de la vida galante que acuden en busca de “clientes” montan todo un espectáculo de desnudo total bailando sobre las mesas, al son de la estridente música que ellas mismas llevan en algunas ocasiones.
EN ESTE punto, el ama de casa y comerciante recordó lo sucedido hace poco más de un año, cuando un escolar de entre ocho y nueve años de edad fue en busca de su madre, la que trabajaba en ese lugar como afanadora en aquel tiempo, y que sin imaginar la sorpresa que se llevaría ingresó confiadamente al local.
EL MENOR de edad se quedó mudo de espanto apenas entrar al prostíbulo y observar a una mujer desnuda, de la cabeza a los pies, bailando exóticamente sobre una mesa en torno a la cual estaban reunidos varios individuos ya borrachos e inmediatamente le gritó a su madre y salió corriendo del lugar, todo espantado, pero ni aún con la denuncia que se hiciera sobre la existencia de ese tipo de denigrantes espectáculos, los de Reglamentos Municipales hicieron algo y así ya han pasado más de cinco años.
TAMBIÉN COMENTÓ que por increíble que parezca, la explotación del prostíbulo disfrazado de restaurante-bar, a la inmoral mujer le sale muy barata puesto que la renovación anual de ese tipo de licencias reglamentadas no pasan de seis mil pesos y en cambio quienes cuentan con su documentación en regla para explotar su negocio como cantina, se les exige un pago mayor a 10 mil pesos por refrendar su licencia “y como que algo está mal por ahí, o todos coludos o todos rabones, dice el dicho, y si la autoridad no puede con ese paquete, entonces que lo cierre y de esa manera la tranquilidad va a volver a nuestro vecindario”, terminó diciendo la comerciante Durán Rodríguez.
EN OTRO tema y ya para concluir, ayer fue inaugurada la “suntuosa obra de la calle de las Graditas”, en la que se invirtieron más de ocho millones de pesos en su rehabilitación y que pasará a formar parte de la segunda etapa de la llamada Ruta del Artista, de acuerdo a la información oficial remitida a los medios informativos.