Por Alfonso Morales Castorena
¡Viva la Corrupción!
CONTRARIO A las coincidentes puntualizaciones que han realizado los indignados comerciantes de la zona peatonal del andador de la calle Centenario sobre el giro rojo en el que está convertido el prostíbulo Punto y Coma desde hace más de cinco años, las autoridades municipales minimizan su actividad y se cubren con el pueril argumento de que “su propietaria Edith Cristina de Lara Martínez se apega a la explotación irrestricta de la licencia reglamentada que obra en su poder, expedida a nombre de Jesús Serna Esparza”.
PARA EL segundo de abordo en la administración del panista Javier Luévano Núñez, el director de Gobernación Municipal y del Ayuntamiento, Omar Williams López Ovalle, la lenona no incurre en delito alguno al aplicarse a desarrollar sus actividades comerciales como prestadora de servicios en su negocio de restaurante-bar Punto y Coma, como lo señala el documento que así la avala, dijo el exdefensor de “los derechos humanos”.
ASEGURÓ QUE se le dispensa una vigilancia estrecha y constante para que no trasgreda el ordenamiento municipal, sin que hasta la fecha y en los poco menos de cuatro meses que lleva en el cargo “haya sido objeto de denuncia alguna por parte de quienes están inconformes con su actividad en ese lugar”.
CONTINUÓ DICIENDO que tanto el titular de la Dirección de Control Reglamentario y Regulación Sanitaria, Juan Roberto Delgado González, como el nuevo director de Seguridad Pública Municipal, siempre están al pendiente de que en ese lugar, como en todos aquellos que operan con una licencia reglamentada, observen el estricto apego a las buenas costumbres, al horario autorizado para desarrollar sus actividades y no invadan el entorno con el ruido excesivo de la música con la que ambientan sus negociaciones.
ES POSIBLE, continuó diciendo, que los quejosos hubieran enterado al anterior director de Gobernación Municipal, Francisco Martínez, del mal comportamiento social de quienes operan ese restaurante-bar, o de los asistentes, pudiera ser que también del de los empleados y que el funcionario en mención delegara la responsabilidad de vigilar esa negociación a Seguridad Pública Municipal para que interviniera en caso de ser necesario, pero el asunto no fue más allá.
POR ESA situación, dijo, es que “ahora nosotros, ya como autoridad, mantenemos una vigilancia estrecha, muy rigurosa, en todos los negocios que trabajan con licencias reglamentadas, para que continúen dentro de los parámetros que nos marca la ley municipal del caso e intervenir de inmediato en el caso que sea necesario, pero hasta este día (11 de agosto de 2016), no conozco queja o denuncia alguna en contra de esa negociación Punto y Coma”.
“Puro Cuento”
ANTE LA cómoda postura asumida por el otrora defensor de los Derechos Humanos, cuestionamos a varios comerciantes de esa zona del Centro Histórico y entre indignados a más no poder e irritados por “la descarada protección que se le brinda a la emborrachaduría de marras y que ya salió a la luz pública”, nos indicaron que nada menos el jueves por la madrugada “para no perder la costumbre, hubo un nuevo escándalo en ese lugar”.
Y COMO DE costumbre, se solicitó la presencia de los elementos de Seguridad Pública Municipal y para no variar, “volvieron a ignorarnos, la telefonista nos dejó con el habla en la boca, nos colgó muy molesta y después, al insistir en llamar a los preventivos, ya no se dignó contestar”.
TERMINARON DICIENDO que “nos gustaría que ese señor (Omar Williams López Ovalle) se tomara la molestia de visitarnos un fin de semana, para que constante la falacia de sus palabras y compruebe por sí mismo que el problema que representa la estadía de Punto y Coma en este lugar, es una bomba de tiempo que no tarda en explotar”.
BUENO, OTRA gente dice que Omar sí va al lupanar, pero sólo a recibir “cachuchazos” de las prostitutas”.