Por Alfonso Morales Castorena
PARA LOS comerciantes del andador peatonal de la calle Centenario, la función de las autoridades municipales ha sido rebasada por la ominosa actividad, a todas luces ilegal, del prostíbulo Punto y Coma, que al amparo de la protección que le brindan a cambio de unos pesos, hace y deshace a su antojo, como lo constataron y observaron el pasado fin de semana.
ESE SÁBADO 6 de los corrientes y como hace algunas fechas no acontecía, en la emborrachaduría coincidieron homosexuales, lesbianas, mujeres de la vida galante, soldados uniformados, hombres de civil, que desde temprana hora se dedicaron a la ruidosa celebración de su estancia en ese lugar, sin que autoridad alguna $e atreviera $iquiera a a$omar las narice$, comentaron los indignados comerciantes.
VARIOS DE ellos, radicados en ese sector de la calle peatonal, no demandaron, exigieron la presencia urgente de los elementos de Seguridad Pública Municipal para que cuando menos le hiciera una llamada de atención a la propietaria, Edith Cristina de Lara Martínez, con la esperanza de que moderara el infernal ruido que imperaba en el entorno, pero su clamor nunca les fue atendido.
SE LAMENTARON de la corrupción que priva entre sus autoridades, solapada y auspiciada por su presidente municipal, Javier Luévano Núñez, porque no es posible que no conozca el problema social permanente que enfrentan desde hace más de cinco años y que nada haya hecho para solucionarlo.
COINCIDEN EN la idea de que el jefe de la comuna está “altamente comprometido” con la dueña del negocio, merced a las comilonas y los eventos particulares que le organizó durante su campaña política, para acarrearle los votos que requería para llegar a la Presidencia Municipal y con ello “comprar su complicidad para la ilegal explotación de su prostíbulo”, teniendo como “socio” en el negocio a su director de Control Reglamentario y Regulación Sanitaria, Juan Roberto Delgado González, que en su descargo aseguró que “como los empleados padecen de sordera tienen que escuchar su música a cierto volumen que es dimensionado por el silencio de la noche”, según nos manifestaron.
POR ESA misma situación “el negocio es intocable” y su dueña conociendo ese privilegio ha trastocado la tranquilidad que imperaba en esa zona y que de acuerdo a sus comentarios “también contará con la protección del presidente electo Adán Valdivia López, para continuar operando su prostíbulo sin preocupación alguna, a partir de que su amigo tome posesión de su cargo”.
DE SER ASÍ, de acuerdo al comentario de los afectados, se tendría una zona de tolerancia en pequeño en pleno corazón del Centro Histórico y entonces sí, se verían obligados a buscar nuevos horizontes mercantiles para la explotación legal de sus negocios y tranquilidad de sus familias, antes que la presencia diaria de prostitutas se convierta en un problema social sin control, dijeron.
EN CAMBIO si desde ahora se toman cartas en el asunto, se obliga a la mujer a trabajar su negocio dentro de la legalidad, a no confundir los términos de la licencia reglamentada que le rentó a su propietario, Jesús Serna Esparza, y ajustarse a ella para su debida explotación, todos ellos borrarían la pésima imagen de servicio y corrupción que tienen de su presidente municipal, que de manera campante prepara maletas para presumir sus logros en UTAH, EUA., antes que solucionar los problemas que afectan a la sociedad, los que ha soslayado en forma permanente…como es este, el del prostíbulo Punto y Coma.