Por Alfonso Morales Castorena
LOS DE ADELANTE corren mucho y los de atrás se quedarán, dice la vieja canción infantil, que viene a cuento porque si bien, superado el primer escollo para que los ganaderos afectados por el asunto de “la pollinaza envenenada” fueran indemnizados como lo exigían y las autoridades del ramo así lo prometieron, el asunto se complicó por la ignorancia de varios de ellos y el pago conjunto que esperaban, va a demorar un buen tiempo, por no citar meses que pueden convertirse en años.
EN EL CENSO si están todos los 80 afectados, pero solo 35 de ellos cubren las exigencias de las autoridades para ser indemnizados, según lo constataron aquellas con los documentos que les entregaron, el resto navega en aguas inciertas y aunque Usted no lo crea, ni siquiera tienen el famoso fierro o herraje que los identifica como ganaderos, ya no se diga las guías requeridas, factura de compra o cuando menos una fotito del animal muerto que compruebe su dicho y lo haga merecedor de esa indemnización.
PERO COMO todo exigente hombre de campo y al puro estilo de Gabino Barrera, no entendían de razones para entrar al aro, hasta que poco a poco y con toda la paciencia del mundo se les fue explicando la causa, motivo, razón y fundamento de los requisitos que se les exige y que deben observar si desean que su imprudencia de engordar sus vacas con la pollinaza envenenada, les sea recompensada.
AHÍ SE LES comprobó que ninguno de ellos había sido marginado del pago del seguro ganadero, como lo pregonaron, sino que se les solicitó la comprobación fehaciente del perjuicio causado y mientras tanto se “revisaba la documentación que sus compañeros entregaban en la Asociación Ganadera Local”, para ir formando el listado de los primeros beneficiarios, porque tenían todos sus papeles en regla, sin imaginarse que el resto pecaría de ingenuo y que con su sola palabra “repondrían parte del patrimonio perdido”.
AHORA SU agrupación va a tener que quitarles la venda de los ojos, auxiliarlos para que integren bien sus expedientes, a instruirlos de la mejor manera para hacerlo, rápida y efectiva a fin de que no demoren el pago de las indemnizaciones correspondientes.
RESCATAR LA ignorancia del abismo en el que está metida, es una tarea de titanes, pero alguien tiene que hacerla y esa parte le corresponde a la Asociación Ganadera Local que preside Juan Valdivia Hernández.
NOS VAMOS ahora a otro problema, el de la seguridad pública, talón de Aquiles de los tres niveles de gobierno que nunca va a ser resuelto, así se cuente con todos los sistemas de reclutamiento más avanzados, confiables y de gran confianza, no se diga del material humano necesario que desee formar parte de una corporación policiaca.
SE LO DIGO porque cuando el removido director de Seguridad Pública de la comunidad, Oswaldo Gregorio Mata Luna, intentó cubrir las 33 vacantes que tenía en la corporación siempre recibió negativas y en cuanto fue relevado del cargo, al nuevo titular, Carlos Alberto Adalid Castañeda, ya hasta convocatorio de reclutamiento de futuros cuicos le mandaron.
ESO SÍ, LOS aspirantes a policías municipales deben comprobar nivel de estudios de bachillerato, tener un rango de edad de entre 19 y 29 años; no contar con antecedentes penales, ni tener líos presentes con la ley y por lo mismo no estar sujeto a proceso penal alguno, aparte de que no deben lucir tatuajes por ninguna parte de su cuerpo y en el caso de las mujeres “nada más tener sus dos hoyitos –uno en cada oreja- para colgarse sus aretes”.
Y PARA QUE la tengan más fácil, someterse a la evaluación de los exámenes de evaluación y confianza y si acaso los superan, estar al pendiente, muy pendiente, del aviso que le envíen por correo electrónico, de asistir a la cita que le programen, bien puntualitos, a la hora y día que se le indique, porque si se retrasa un minuto, dígale adiós a sus ansias de vestirse de azul y de “servir con profesionalismo y lealtad a la sociedad, velando por su seguridad y bienestar las 24 horas del día, los 365 días del año”…se exige mucho, pero no informan a cambio de qué, si desea saberlo acuda a la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, ahí se lo dicen.